Madara Uchiha
- zShxrKz _-
- 10 dic 2019
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Madara era uno de los cinco hijos de Tajima Uchiha. El chico nació y creció en la Era de Guerra entre Clanes, una época muy terrible, debido a las constantes luchas que involucraban a niños. Un día, Madara se encontró con Hashirama Senju por primera vez en un río, cuando Madara estaba intentando lanzar una piedra hasta la otra orilla del río. Rápidamente, Hashirama lanza una piedra, la cual llega hasta la otra orilla del río, lo que molestó a Madara; Hashirama le dijo que, desde ese momento, él sería su rival lanzando rocas sobre el agua, pero como Madara volvió a preguntar, ya enfadado, el otro le dice que su nombre es Hashirama, pero que no puede decirle su apellido. Los dos chicos conversan un rato, incluso Madara intenta lanzar otra roca hacia la otra orilla y como no puede, culpa a Hashirama, allí empiezan a discutir un poco, debido a que Hashirama se deprimía fácilmente y se burló un poco de Madara. Cuando éste último le pidió que se fuera, lo detiene, señalándole y mostrándole el cadáver flotando en el rió, perteneciente a un ninja del clan Hagoromo, Hashirama se apresura a revisarlo y le advierte a Madara que fuera a casa, ya que la guerra estaba cerca, él se dispone a marcharse pero antes, Madara le revela su nombre y comenta que es una regla ninja no revelar su apellido.
Madara se vuelve a encontrar con Hashirama en la orilla del río, quien al verlo entristecido, le pregunta por qué se siente así, éste varias veces trata de evitar decírselo, pero no es hasta que Madara se enfada que se lo dice, Madara se sorprende al saber sobre la muerte del hermano pequeño de Hashirama. Madara se entristece y vuelve a tomar una piedra, y le explica que al ser niños, pueden morir en cualquier momento, pero hay una forma de evitar ese destino, revelando sus verdaderos sentimientos al enemigo, sin ocultar nada y convertirse en aliados, pero que eso es algo imposible, ya que no es posible ver lo que las personas sienten en verdad en su interior y lanza la piedra al río. Hashirama le pregunta si eso es en verdad imposible, la piedra llega hasta la otra orilla, Madara le comenta que no lo sabe, pero que siempre ha ido allí, con la esperanza de que haya un modo y que esa vez parece ser que había uno, mientras ambos se quedan mirando el río.
Desde ese día, los chicos siguieron viéndose para entrenar juntos, conversar y seguir compitiendo lanzando rocas pero sin revelar sus apellidos. Sin embargo, un día, su padre descubrió las visitas que hacia Madara con su amigo, quien resultaba ser del Clan Senju. Aprovechando esa oportunidad, Tajima decidió llevar acabo una emboscada para sacarle información a Hashirama y asesinarlo, por lo que también participó Izuna, el hermano de Madara, en el plan. El día que se encontraron, Hashirama y Madara se saludaron lanzando rocas, pero tanto en la roca del Senju como en el del Uchiha, había un mensaje advirtiendo al otro que era una trampa, por lo que ambos huyeron. En ese momento, los padres y hermanos de ambos salieron de su escondite para pelear. Al salir sus padres y hermanos, Izuna y Tobirama fueron a atacarse, por lo que sus hermanos les pidieron que se detuvieran pero no lo hicieron, estos, al ver que iban a ser dañados por los ataques de los adultos, tanto Hashirama como Madara intervienen lanzando rocas para desviar las armas. Después de ocurrir esto, Madara decidió terminar su amistad con Hashirama y su sueño, debido a su odio hacia los Senjus. Pronto tuvieron que retirarse, ya que el mismo Madara dijo que Hashirama era más fuerte que él en ese momento. Antes de irse, Madara despierta su Sharingan, haciendo que Izuna y su padre se impresionaran. Desde ese momento, Hashirama y Madara se volvieron en enemigos mortales, y en cada encuentro, Madara rechazaba la propuesta de su rival de una tregua. Madara creció en constante competencia con su hermano menor, Izuna Uchiha. Ambos eran reconocidos como los miembros más talentosos de su clan. Incluso para los estándares de su clan, el chakra de Madara fue especialmente fuerte. Su competencia para superarse unos a otros, los condujo a obtener el Mangekyō Sharingan, y con el, fueron capaces de tomar el control del Clan Uchiha, en el cual Madara actuaba como líder. En uno de sus enfrentamientos con Hashirama, quien se volvió líder del Clan Senju, su hermano Izuna es lastimado de gravedad por Tobirama, obligándolo a retirarse. Izuna finalmente murió, debido a dicha herida, pero antes, le regaló sus ojos a Madara, con el fin de que no perdiera su vista, obteniendo de esa manera, el Mangekyo Sharingan Eterno. Según Itachi, Madara tomó los ojos de su hermano sin su consentimiento, pero Tobi declaró que Izuna, voluntariamente, renunció a sus ojos, dándoselos a Madara por el bien de su hermano y su clan. No se sabe cuál es cierto. Al obtener este nuevo poder, se enfrentó una vez más a Hashirama, pero fue derrotado. Hashirama, aprovechando la oportunidad, le ofreció una tregua, a lo que Madara responde que la única manera de que aceptara, fuera que Hashirama terminara con su vida o con la de su hermano, Tobirama. Hashirama, al escuchar eso, estaba dispuesto a suicidarse, con el fin de llevar a cabo la alianza, sin embargo, Madara lo detuvo al ver su valor, aceptando finalmente la propuesta. Los Senjus, los Uchihas y los clanes que habían conquistado, se unieron para formar una aldea, la cual fue bautizada por Madara como Konohagakure. Cuando se le notificó a Hashirama que era necesario un líder para la aldea, el cual sería conocido como Hokage, él quería que fuera Madara, pero Tobirama no estaba de acuerdo, ya que el decía que esa decisión debía ser democrática y no unilateral, y también alegó que ningún ciudadano aceptaría a Madara como líder. Madara escuchó dicha conversación y empezó a enojarse por la falta de confianza que tenía el pueblo hacia él. Al final, Hashirama es elegido como Primer Hokage. Durante la época en que era un ninja de Konoha, Madara viajó a Iwagakure y se acerco a un joven Ōnoki, acompañado del Tsuchikage de ese momento y su tutor, Mū, donde se les informó que, a pesar de la alianza que había hecho con Iwagakure, su pueblo iba a permanecer en el poder dominante y que, a partir de ese momento, ellos obedecían a Konoha. Más tarde, Madara luchó y los derrotó cuando los enfrentó en la batalla. Un día, Madara habló con Hashirama en el Santuario Nakano, en donde éste último le expresó su deseo de que fuera el Segundo Hokage, pero Madara dijo que era más probable que Tobirama obtuviera ese título, y cuando eso sucediera, sería el fin de los Uchiha. Madara también declaró que su intención era salir del pueblo y llevar acabo un plan para cumplir su sueño verdadero. A pesar de que Hashirama quería apoyarlo si su sueño tenía relación con el pueblo, éste le respondió que su plan no involucraba a la aldea y que nadie ni él podría seguirlo. Tras darse cuenta de que no iba a ser capaz de reemplazar a Hashirama como Hokage, Madara empezó a temer que Hashirama comenzaría a oprimir a los Uchiha y trató de conseguir apoyo para desafiar su liderazgo. En vez de ayudarlo, el Clan Uchiha le dio la espalda a Madara, creyendo que sólo desea volver a encender las llamas de la guerra. Abandonado por su clan, aproximadamente 66 años antes de la Cuarta Guerra Ninja, Madara abandonó la aldea, buscó a Kurama, al cual sometió utilizando su Sharingan. Más tarde, regresó con el fin de desafiar a Hashirama en batalla. Lucharon en el lugar que, algún día, sería llamado el Valle del Fin. Al principio, Madara y Hashirama chocaron con su Gunbai y su Zanbato, respectivamente. Al separarse, Madara obliga a Kurama a atacar, pero Hashirama lo detiene e incluso para y le devuelve su Bola Bestia con Cola. A pesar de que Madara fusionó el Susanoo con el Nueve Colas, Hashirama estaba contraatacando, frenando y/o esquivando sus ataques. El Hokage intentó convencer a Madara de dejar de pelear, pero como no quiso, Hashirama entró en Modo Sabio, y al mismo tiempo, creó una figura de madera gigante con un millar de brazos para dar fin a la pelea. Durante este choque final, Kurama fue sometido y el jutsu de Hashirama destruido, por lo que la batalla quedó definida por un choque de espadas, en donde ganó Madara. Sin embargo, resultaba que lo que había atacado era un Clon de Madera, dándole la oportunidad a Hashirama de atravesarlo con su espada, provocando que el Uchiha finalmente cayera y perdiera el conocimiento, pero antes, dijo que la aldea sería cubierta por la oscuridad. Debido a esto, se cree que Madara murió a causa de la herida y la posesión de Kurama fue tomada en última instancia por la esposa de Hashirama, Mito Uzumaki.
La muerte de Madara se difundió rápidamente y su cuerpo fue muy buscado, sabiendo lo valioso que sería el cuerpo de Madara para cualquier ninja. Sin embargo, Tobirama lo escondió en un bosque de Konoha, a varios metros de profundidad bajo tierra. A pesar de esto, Madara tenía un plan de reserva, por lo que selló su Izanagi en su Sharingan derecho, sacrificándolo para que, cuando se activara, reescribiera su realidad, evitando morir e intercambiándose con un Clon de Sombra. Posteriormente, Madara se refugió en la Montaña Cementerio y empezó a cultivar las células de Hashirama, mediante un trozo de carne que le arrancó al Senju durante su batalla y el cual vomitó, con esto, lo implantó en sus heridas. Aunque, señaló que en un principio no le sucedió nada, cuando estaba llegando al final de su vida natural, despertó el Rinnegan, recuperando además la visión en su ojo derecho que había perdido. También, adquirió el Elemento Madera y como tal, poseía el ADN Uchiha y Senju, cuando despertó estos ojos obtuvo la capacidad de invocar la Estatua Demoníaca del Camino Exterior, la cual se encontraba sellada en la Luna y cuyo sello, Madara rompió, además, la usó como un catalizador para cultivar las células de Hashirama, las cuales crecieron como un gran árbol, con un Clon Viviente de Hashirama que no poseía consciencia. Más tarde, trasplanta sus ojos Rinnegan en un niño de Amegakure, llamado Nagato, sin que éste lo supiera, y más tarde, sustituyó a su ojo izquierdo con un Sharingan libre.
Madara vivió muchos años, hasta aproximadamente, la finalización de la Tercera Guerra Mundial Shinobi, aunque con un cuerpo ya muy desgastado, y que para mantenerse con vida, se vio obligado a utilizar la Estatua Demoníaca del Camino Exterior como un sistema de soporte de vida, conectada al Cuerpo Artificial de Hashirama, de este modo, la Estatua, constantemente suministraba chakra a Madara, o de lo contrario moriría inmediatamente, además, durante dicha guerra, empezó la creación de Zetsus Blancos, los cuales creía, eran clones imperfectos de Hashirama, ya que podían utilizar el Elemento Madera pero a menor escala, y los cuales brotaron en el Cuerpo Artificial de Hashirama. Durante esta guerra, encontró al joven y prácticamente muerto, Obito Uchiha, y comenzó un aparentemente largo proceso de curación, en la que sustituyó la mitad derecha de su cuerpo por el material genético de los Zetsus Blancos, colocándole también un sello en su corazón. Madara, luego le ordena a Zetsu Blanco y un clon espiral de Zetsu la tarea de custodiar a Obito y ayudarlo con su rehabilitación, por lo que podría ser útil para él en el momento en que se despertó. Viendo que Obito tenía sentimientos por su compañera, Rin Nohara, decidió que una vez que su corazón se corrompiera, sería un peón perfecto para él, ya que podría ayudarlo a llevar a cabo sus planes, por lo que, utilizando el mismo sello que puso en Obito, controló a varios ANBU de Kirigakure para que sellaran al Tres Colas en Rin y la utilizaran para destruir a Konoha, una vez llegaran a ella.
Más tarde, instigó a una situación en la que Obito viera morir a Rin, por lo que aprovechó la batalla que tuvo Kakashi Hatake con los ANBU, que controlaba para asesinar a Rin, cosa que sucedió y que fue vista por Obito. Después de que Obito volvió a él como lo había predicho, ahora seguro que Obito era sincero con Madara, lo llevó a un mundo ilusorio y le contó sobre el Sabio de los Seis Caminos y el Diez Colas. Luego, pasó a enseñarle varios Kinjutsus Uchiha, los del Rinnegan y el Elemento Yin-Yang. Antes de parar, Madara también manifestó al Zetsu Negro, vertiendo lo que creía era su voluntad en Zetsu Blanco, con eso, Madara se desconecta de la estatua, y con su último aliento, le dijo a Obito que cumpliera su voluntad. Cuando Madara murió, años más tarde, Obito, bajo la identidad del Enmascarado Tobi, tomó posesión de su identidad, diciendo que en vez de morir, salió mal herido. Desde ahí, empezó a realizar acciones a nombre de él. Sin embargo, en algún momento, el cuerpo de Madara o parte de su material genético, sería encontrado por Kabuto Yakushi.
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